La extraña desaparición de Esme Lennox

En según que momentos de la historia una niña, una chica, una mujer, no puede destacar ni parecer distinta. Éste es el punto de partida de esta historia y de ahí se desprenderán sus consecuencias.

Narrada con diferentes voces, jugando continuamente entre el pasado y el presente, la autora consigue atraparte indefectiblemente en un relato dulce y elegante. O’Farrell no juzga, sólo expone situaciones, sentimientos. Ya será el lector o lectora quien lo haga.

Pocas veces he visto que en una novela funcione bien la técnica de “Confundir al lector”. Si ya sabéis, lo que hacen Irene Solà y Eva Baltasar, de explicar cosas como si los lectores ya supiéramos de qué va, que a mí personalmente me deja ese regusto de no entender nada, pero que ya lo entenderé más adelante, pero que cuando tenga que encontrar el pedazo que me lo aclare, entonces ya no recordaré qué era lo que no entendía. No sé si me explico...

Pero Maggie O’Farrell se ha entregado a esta técnica de forma magistral. A menudo, los párrafos son cortos, inconexos, que comienzan y terminan en puntos suspensivos y que son como pinceladas aleatorias en el relato de una de las protagonistas. También nos encontramos con lo de pasar del presente al pasado sin avisar.

En definitiva, un precioso relato.